Me ha parecido una lectura muy entretenida y realista. En ella se narra un hecho terrible pero, a la vez, resulta muy interesante saber cómo lo vivió el hijo pequeño de uno de los comandantes que controlaban los campos de concentración.
Es curioso que Bruno no se diese cuenta a lo largo de la historia de lo que verdaderamente estaba pasando. El personaje que más me ha llamado la atención ha sido Shmuel, el niño judío que vivía al otro lado de la alambrada. Este joven estaba obligado a ver las atrocidades que les sucedían a todas las personas que vivían allí. Por suerte conoció a Bruno, con quien hablaba durante horas todas las tardes y quien le servía de distracción durante un rato para poder ‘esfumarse’ de la realidad que estaba viviendo.
Me ha resultado muy interesante la parte en la que se conocieron los dos niños porque así el lector puede comparar sus vidas. Ambos tenían la misma edad (incluso nacieron el mismo día) pero sus preocupaciones eran tan distintas… Mientras que Bruno estaba intranquilo porque su casa de Auschwitz sólo tenía dos plantas y no cinco como la de Berlín; Shmuel estaba preocupado a todas horas por lo que le podía pasar si los soldados lo veían hablando con Bruno, y también por su padre, a quien hacía días que no veía.
Sin embargo ellos no tenían la culpa de tener unas visiones tan distintas de la realidad, ya que al fin y al cabo eran niños con la inocencia propia de su edad y con vidas tan diferentes sólo por una ridícula cuestión de “razas”.
La historia que este libro nos cuenta es bastante entretenida porque vemos, desde la perspectiva de un niño de 9 años, lo que ocurría en los campos de concentración.
En este libro se ve cómo podían manipular y cambiar los pensamientos de los niños y meterles las ideas que ellos querían en la cabeza. Esto se ve claramente en el personaje de Gretel, que pasa de ser una niña de solo 12 años, a la que le gustan las muñecas, a una niña que se cree superior, a la que han convencido de que las personas que Bruno y ella veían a lo lejos, en el campo de concentración, no eran personas y ni siquiera sabía como definirlas. Bruno, sin embargo, no le echaba cuenta a esas cosas, y lo veía todo desde una perspectiva optimista, como si todos fueran felices y se divirtieran. En cambio, él pensaba que tenía muy mala suerte, porque se sentía solo. Pero realmente estaba equivocado, puesto que las personas del campo de concentración eran mucho más desafortunadas que él, ya que sufrían numerosas penalidades.
El libro me ha parecido muy interesante porque nos enseña que todos somos iguales y no hay distinción entre las razas, lo que se observa fácilmente cuando Bruno se cambió la ropa en el interior del campo de concentración. A pesar de ser un alemán, el ropaje le hacía parecer un auténtico judío, sin que nadie advirtiera lo contrario.
El libro me ha gustado mucho y me ha ayudado a saber un poco más sobre la era del nazismo. Resulta curioso ver la opinión que tienen los niños sobre lo que pasa dentro y la inocencia que muestran. Es una historia muy dura y muy sufrida a la vez. El autor nos muestra un mundo totalmente real que, aunque suene a mentira hoy día, años atrás esto era la vida diaria. Es un libro que a pesar de su contenido resulta fácil de leer y recomendable para otros niños. En mi opinión es un gran libro y uno de los que más me han gustado. Por Marta Morón.
Creo que es muy interesante leerse este libro, ya que nos cuenta de otra pespectiva menos historica y cercana lo que paso en el mandato de Hitler, y concretamente, en el campo de concentración de Auschwitz. Pero lo más interesante, es que está contado desde la pespectiva de un niño. Creo que este libro tiene una gran moraleja, ya que nos quiere mostrar que tenemos que comportarnos más como niños, ya que ellos no tienen ningún tipo de prejuicio. Y también hay que aprender que no puedes pretender que un niño deje de jugar con otro, por aspectos tan poco significativos como su religión o su raza.
No es uno de mis mejores libros que me he leido aunque ha sido entretenido leerlo. Al ver todo desde los ojos de un niño te parece todo más facil de entender y divertido pero también se ve lo duro que fue la guerra en ese momento. También es triste porque narra como la vida de un chaval tan pequeño se ve envuelto en la guerra sin saber quienes eran sus enemigos. Me quedé impactado por el final ya que uno no se lo podía imaginar.
"El niño con el pijamas de rayas" ha sido un libro que me ha hecho sentir mucha tristeza, al igual que lo hizo "El diario de Ana Frank", es una historia la cual podría haber sido real, que ocurre en un momento negro de la historia. En ella se refleja la ignorancia de los niños a lo que en realidad estaba ocurriendo, como ellos no veían diferencias y les daba igual que uno fuese judío y el otro no, y como Bruno nunca llega a entender el por qué de que los judíos y los "contrarios" se llevaran mal, se refleja la inocencia infantil frente al cruel momento de la historia en el que les había tocado vivir, eso me pareció bastante interesante. Me gustó mucho la forma de ser de Bruno en algunas ocasiones, como por ejemplo, la respuesta que le da al teniente Kotler cuando le pregunta si está listo para la fiesta, aunque me defraudó muchísimo cuando no dio la cara por Schmuel. Fue interesante la parte en la que describe la noche que Hitler y Eva van a cenar a su casa. El final fue bastante triste, pero lo vi venir, y fue aun más emotivo cuando se cogen de las manos. Respecto a los padres, para mí fue como un castigo hacia el padre, la madre y la hermana siguieron sus vidas pero con la tristeza de que nunca supieron lo que en realidad le había pasado a Bruno. Irene González Dominguez 1ºBach A
El niño con el pijama de rayas nos muestra uno de los momentos más trágicos de la historia a través de la mirada de los niños. 
Me ha parecido una lectura muy entretenida y realista. En ella se narra un hecho terrible pero, a la vez, resulta muy interesante saber cómo lo vivió el hijo pequeño de uno de los comandantes que controlaban los campos de concentración.
ResponderEliminarEs curioso que Bruno no se diese cuenta a lo largo de la historia de lo que verdaderamente estaba pasando. El personaje que más me ha llamado la atención ha sido Shmuel, el niño judío que vivía al otro lado de la alambrada. Este joven estaba obligado a ver las atrocidades que les sucedían a todas las personas que vivían allí. Por suerte conoció a Bruno, con quien hablaba durante horas todas las tardes y quien le servía de distracción durante un rato para poder ‘esfumarse’ de la realidad que estaba viviendo.
Me ha resultado muy interesante la parte en la que se conocieron los dos niños porque así el lector puede comparar sus vidas. Ambos tenían la misma edad (incluso nacieron el mismo día) pero sus preocupaciones eran tan distintas… Mientras que Bruno estaba intranquilo porque su casa de Auschwitz sólo tenía dos plantas y no cinco como la de Berlín; Shmuel estaba preocupado a todas horas por lo que le podía pasar si los soldados lo veían hablando con Bruno, y también por su padre, a quien hacía días que no veía.
Sin embargo ellos no tenían la culpa de tener unas visiones tan distintas de la realidad, ya que al fin y al cabo eran niños con la inocencia propia de su edad y con vidas tan diferentes sólo por una ridícula cuestión de “razas”.
Laura Jiménez Castillo. 1ºBach.A
La historia que este libro nos cuenta es bastante entretenida porque vemos, desde la perspectiva de un niño de 9 años, lo que ocurría en los campos de concentración.
ResponderEliminarEn este libro se ve cómo podían manipular y cambiar los pensamientos de los niños y meterles las ideas que ellos querían en la cabeza. Esto se ve claramente en el personaje de Gretel, que pasa de ser una niña de solo 12 años, a la que le gustan las muñecas, a una niña que se cree superior, a la que han convencido de que las personas que Bruno y ella veían a lo lejos, en el campo de concentración, no eran personas y ni siquiera sabía como definirlas.
Bruno, sin embargo, no le echaba cuenta a esas cosas, y lo veía todo desde una perspectiva optimista, como si todos fueran felices y se divirtieran. En cambio, él pensaba que tenía muy mala suerte, porque se sentía solo. Pero realmente estaba equivocado, puesto que las personas del campo de concentración eran mucho más desafortunadas que él, ya que sufrían numerosas penalidades.
El libro me ha parecido muy interesante porque nos enseña que todos somos iguales y no hay distinción entre las razas, lo que se observa fácilmente cuando Bruno se cambió la ropa en el interior del campo de concentración. A pesar de ser un alemán, el ropaje le hacía parecer un auténtico judío, sin que nadie advirtiera lo contrario.
Celia Sáez Ramírez 1ºBach A
El libro me ha gustado mucho y me ha ayudado a saber un poco más sobre la era del nazismo.
ResponderEliminarResulta curioso ver la opinión que tienen los niños sobre lo que pasa dentro y la inocencia que muestran.
Es una historia muy dura y muy sufrida a la vez.
El autor nos muestra un mundo totalmente real que, aunque suene a mentira hoy día, años atrás esto era la vida diaria. Es un libro que a pesar de su contenido resulta fácil de leer y recomendable para otros niños.
En mi opinión es un gran libro y uno de los que más me han gustado.
Por Marta Morón.
Isabel Cast.
ResponderEliminarCreo que es muy interesante leerse este libro, ya que nos cuenta de otra pespectiva menos historica y cercana lo que paso en el mandato de Hitler, y concretamente, en el campo de concentración de Auschwitz. Pero lo más interesante, es que está contado desde la pespectiva de un niño.
Creo que este libro tiene una gran moraleja, ya que nos quiere mostrar que tenemos que comportarnos más como niños, ya que ellos no tienen ningún tipo de prejuicio. Y también hay que aprender que no puedes pretender que un niño deje de jugar con otro, por aspectos tan poco significativos como su religión o su raza.
No es uno de mis mejores libros que me he leido aunque ha sido entretenido leerlo. Al ver todo desde los ojos de un niño te parece todo más facil de entender y divertido pero también se ve lo duro que fue la guerra en ese momento. También es triste porque narra como la vida de un chaval tan pequeño se ve envuelto en la guerra sin saber quienes eran sus enemigos. Me quedé impactado por el final ya que uno no se lo podía imaginar.
ResponderEliminarFernando Olmedo Delgado 1ºBach B
"El niño con el pijamas de rayas" ha sido un libro que me ha hecho sentir mucha tristeza, al igual que lo hizo "El diario de Ana Frank", es una historia la cual podría haber sido real, que ocurre en un momento negro de la historia.
ResponderEliminarEn ella se refleja la ignorancia de los niños a lo que en realidad estaba ocurriendo, como ellos no veían diferencias y les daba igual que uno fuese judío y el otro no, y como Bruno nunca llega a entender el por qué de que los judíos y los "contrarios" se llevaran mal, se refleja la inocencia infantil frente al cruel momento de la historia en el que les había tocado vivir, eso me pareció bastante interesante.
Me gustó mucho la forma de ser de Bruno en algunas ocasiones, como por ejemplo, la respuesta que le da al teniente Kotler cuando le pregunta si está listo para la fiesta, aunque me defraudó muchísimo cuando no dio la cara por Schmuel. Fue interesante la parte en la que describe la noche que Hitler y Eva van a cenar a su casa.
El final fue bastante triste, pero lo vi venir, y fue aun más emotivo cuando se cogen de las manos. Respecto a los padres, para mí fue como un castigo hacia el padre, la madre y la hermana siguieron sus vidas pero con la tristeza de que nunca supieron lo que en realidad le había pasado a Bruno.
Irene González Dominguez 1ºBach A