viernes, 12 de mayo de 2017

CONCURSO LITERARIO 2017. PRIMER PREMIO DE POESÍA (SEGUNDO CICLO, BACHILLERATO)



Poesía eres tú
Laura Castro Martínez (2º Bachillerato de Humanidades)

Poesía
son tus pies encogiéndose por el frío,
el crujir de tus tobillos tras un largo día,
las ampollas en tus talones por el roce de los zapatos.

Poesía
son tus gemelos tensándose al elevarte para alcanzar tus sueños,
tu golpe en la espinilla de cada mañana,
los morenos tallos que cortan tu marmórea piel.

Poesía
son tus blancas constelaciones sin estrellas,
la rojez de tus muslos tras horas caminando,
el ascenso a tu paraíso.

Poesía
es el meneo de tu cadera un domingo de resaca,
su movimiento al son de tu canción favorita,
tu monte de Venus.

Poesía
es la curva de tu cintura,
el volumen y la suavidad de tu vientre,
el hueco perfecto para mis manos.

Poesía
son tus senos en libertad,
tu pecho siguiendo el compás de tus pulmones,
la solana de tu vivo y cautivo corazón.

Poesía
es el tamborileo de tus dedos,
el vello erizado,
tus uñas arañando mi espalda.

Poesía
es el hueco de tu cuello, hecho para ser besado;
el mapa que alberga tu espalda,
tu cicatriz de cuando eras una niña.

Poesía
son tus labios,
tus dientes mordiéndolos, acaparándolos,
tu sonrisa.

Poesía
es el tono que tus mejillas toman cuando haces ejercicio,
la apertura de tus fosas nasales cuando te enfadas,
el cinturón de asteroides que tus pecas crean a lo ancho de tu rostro.

Poesía
son tus ojeras tras una noche de estudio,
tus miradas de reojo,
el fruncir de tus cejas cuando algo te jode.

Poesía
es el mechón de cabello tras la oreja cuando te concentras,
el capricho de mis dedos por enmarañarse en él,
sus enredos tras una noche de todo menos tranquila.

Poesía
es tu risa,
el aspaviento de tus brazos cuando te desesperas.

Tu llanto desconsolado de las tres de la mañana
y la reconciliación contigo misma de las cuatro.

Tus tropiezos a las siete de la mañana
y tus triunfos a las doce de la noche.
Tus lágrimas causadas por aquel libro acabado.

Tu voz rompiéndose en tu oda a la libertad.
Tu ambición por comerte un mundo que se te queda pequeño.
Tu ansia de conocerlo todo,
aunque todo no te sea suficiente.

Tus buenos días llenos de besos y café,
tus buenas noches llenas de sexo y alcohol
(no importa el orden, son buenas igualmente).

Tu lujuria,
la gula que te empuja a arrasar con todo el universo.

El rastro helado que tus ojos dejan allá por donde pasas,
el cálido río que en tu corazón nace,
y en tu boca
desemboca.

Eres tú haciéndote el amor,
queriéndote.

Poesía
eres tú.

CONCURSO LITERARIO 2017. PRIMER PREMIO DE RELATO (2º CICLO)



Una noche de lluvia
Blanca Estrella Romero Caracuel (1º Bachillerato B)

Mario se encontraba de pie, junto a la ventana, mientras observaba cómo los frailecillos provocados por la fuerte lluvia caían en las aceras de la calle. Las burbujas con forma de campana que se formaban al caer las gruesas gotas de lluvia, no le eran indiferentes a Mario, de hecho, no pudo evitar sonreír. ¿Cómo iba a olvidar aquella fatídica noche, si ese era el único secreto que siempre había ocultado? Mientras que el marido de Ana se encontraba ensimismado, ella paró sus pensamientos en seco con una pregunta que para él era difícil de contestar. Y aunque al principio dudó en desvelar cuál era el motivo de su sonrisa, cedió a contarle lo que durante años nadie supo.

Hace años, en un día lluvioso como hoy, Mario se enfrentó con un vecino por las lindes de una tierra causándole su muerte. No había pruebas que lo inculparan, el único que sabía quién mató a Lucas era su propio asesino y los únicos testigos que pudieron presenciar este terrible suceso fueron los frailecillos del agua, que, como hoy, caían en las aceras.

Recordó que las últimas palabras de Lucas fueron que los frailecillos algún día lo delatarían. Habían pasado los años, ni una palabra se volvió a pronunciar respecto al caso de Lucas.

Ana palideció, nunca imaginó que su marido fuese capaz de matar. Durante noches Ana no pudo conciliar el sueño, su conciencia no se lo permitía. Sabía que su deber era denunciarlo, no podía ser cómplice de algo tan atroz.

Ana lo denunció.
El secreto de Mario quedó desvelado, lo que Lucas predijo se cumplió. Los frailecillos del agua lo delataron.

CONCURSO LITERARIO 2017. PRIMER PREMIO DE POESÍA (SEGUNDO CICLO, 3º-4º ESO)



Alegría u odio
Jeannine Palmira Pires Barranco  (3º ESO A)

Una sola chispa
hace que mi llama se prenda,
que se avive mi ira,
que mi oído florezca.

La alegría es muy simple,
te encierra en una falsa prisión
no te permite ser libre
lo mismo que provoca el amor.

No todo es cálido,
hay frío, mal, oscuridad,
que se aferran a tu corazón malherido
que no te lo deja curar.

Yo solo te aviso
para que no te atrape
quédate con la chispa aquí conmigo
no caigas en la trampa de su cárcel.


jueves, 11 de mayo de 2017

CONCURSO LITERARIO 2017. PRIMER PREMIO DE POESÍA (PRIMER CICLO)

Desde un «hola» hasta un «te quiero»
Ana Aránzazu Vara Pérez  (2º ESO B)

Era un «hola»,
un saludo y un «¿qué tal?»,
un «genial si es a tu lado» y un momento muy callado,
un comentario de «qué bonito»,
una respuesta de «¿a que sí?»,
una duda de «¿dónde lo has oído?» y una respuesta de «no lo oí»,
otra duda de «¿entonces?»,
una aclaración de «salió de mí»,
una pregunta de «¿me he puesto rojo?», y una afirmación de un «sí»,
una mueca dudosa,
un gesto de «¿no me crees?»,
una risa nerviosa y un pensamiento de «claro, ¿no me ves?»,
una despedida de un «hasta luego»,
una confesión de «quiero estar junto a ti»,
una duda de «¿dónde lo has oído?» y una respuesta de «no lo oí»,
otra duda de «¿entonces?»,
una aclaración de «salió de mí»,
una pregunta de «¿me he puesto roja?» y una afirmación de un «sí»,
una mueca dudosa,
un gesto de «¿no me crees?»,
una risa nerviosa y un pensamiento de «claro, ¿no me ves?»,
un silencio incómodo,
unas miradas mutuas,
una observación profunda y una admiración rotunda,
un «¡¿qué?!»,
un «me encantan tus ojos»,
un «y a mí tu sonrisa» y un «te quiero» precioso.



CONCURSO LITERARIO 2017. PRIMER PREMIO DE RELATO (PRIMER CICLO)

Un Viaje inesperado
-   Miguel Ángel Perea Martín (1º ESO B)

Era un viernes como otro cualquiera, yo estaba jugando en el sillón con el móvil, como hacía muchas veces. De pronto sonó el timbre de la puerta, ¡era muy raro!, ¿quién sería a esta hora, y un viernes?, le pregunté a mi madre y me contestó que era mi abuelo, yo estaba extrañado, porque le vi al mediodía, y la verdad, recuerdo que me estuvo contando algo, pero yo no lo recuerdo porque estaba con el móvil jugando.

Entonces mi abuelo entró por la puerta del salón y me preguntó… ¿te has pensado lo que te pregunté al mediodía?, me cogió fuera de juego, porque no me acordaba. Entonces yo le dije que me lo había pensado y que estaba de acuerdo, pero por decir algo.

Mi madre se alegró y yo no sabía por qué, me picó la curiosidad, dejé de jugar al móvil y pregunté a mi madre que es lo que había pasado porque yo no lo entendía.

Mi madre me dijo, cuando ya se fue mi abuelo, que me había apuntado para hacer un viaje al día siguiente con mi abuelo, iba a ser corto, ir y volver en el mismo día, y ella estaba contenta porque nunca le echaba cuenta al abuelo.

Me quedé blanco y paralizado, cuando reaccioné, pensé que tal vez era una buena idea, de todas maneras, iba a llevar mi móvil y no me iba a aburrir; entonces fue cuando vino la sorpresa de verdad, la única condición era no llevar el móvil, ni nada que me distrajera. El mundo se me vino encima, ¿qué iba yo a hacer con mi abuelo durante tantas horas?
Bueno, ya no podía echarme atrás, iba a aguantar el maldito día, total, “un rollazo”.

Al día siguiente, mi madre no tuvo que despertarme, no había dormido en toda la noche pensando en el viaje, me despedí de mi móvil y me fui a casa de mis abuelos.
Cuando llegué a casa de mi abuelo, ya estaba preparado para irnos al viaje, yo estaba un poco tenso porque sabía que iba a ser un infierno sin mi móvil.
Mi abuelo llamó un taxi y de camino me contó que lo íbamos a pasar genial, pero yo me quedé callado.
Por fin llegamos al lugar de donde íbamos a salir de viaje, ¡no me lo podía creer!, nos íbamos a montar en un tren, feo y viejo, yo le pregunté a mi abuelo que, si no era mejor ir en el ave, peo me dijo que como se disfruta un viaje en este tren no se disfruta en el ave, y yo le pregunté, ¿por qué?, y él me contestó que en el ave no se podían ver bien las cosas porque iba muy rápido.

El tren empezó a funcionar, o a intentarlo, ¡madre mía! ¡qué día me espera!
Ya, con el tren en marcha, mi abuelo me dijo que cuando era joven utilizaba mucho estos tipos de trenes por era la forma más rápida de viajar.
Yo le pregunte que qué hacían durante el viaje para no aburrirse, ya que no había móviles ni internet, él me respondió que miraban por la ventana y veían el paisaje, me dijo que lo intentara yo, ¡vaya tontería!  ¡que aburrimiento!
Pasaron varias horas y mi abuelo se quedó dormido, ya que yo estaba aburrido, empecé a mirar por la ventana.

Empecé a mirar al cielo, y vi las nubes que me recordó cuando yo era chico y mi abuelo en la feria me compraba algodón de azúcar, y me sentí tan feliz como aquellos días.
Seguí mirando al cielo y me fijé atentamente en el cielo azul, y me recordó cuando yo era chico y jugaba en la piscina con mis amigos en verano, la verdad es que estaba recordando unos días muy felices para mí.

En otro tramo del viaje vi la hierba tan verde que me recordó cuando yo iba con mi abuelo a la aldea del Rocío y visitábamos el parque de Doñana, en ese mismo verano él me enseñó a montar a caballo.

De repente mi abuelo se despertó, y me preguntó cómo me lo estaba pasando, yo le respondí que me lo estaba pasando más bien de lo que creía (“sin mi móvil”), él se puso muy contento de verme así y me dijo que ya estábamos llegando de nuevo a la estación, que el viaje se terminaba, yo no me lo creía porque se me había pasado muy corto, y me sentía feliz, y comprendí que todo no gira en torno al móvil, y descubrí que es lo realmente importante y como se puede disfrutar más.

A partir de ese día, hice más viajes con mi abuelo, (“y sin móvil”).




FIN