Brusca situación, falsa indignación. Busca tu calor... y no estás aquí... Tal vez, pensabas que no eran así, que esto nunca llegaría a ocurrir. La venganza sufre su final, la llama encendida no permanecerá... Me alegro al menos de que no estés aquí... para ver el triste final que nos ha deparado este tiempo sin ti... Eras la llama incansable que siempre hacía reir, la dama del cuento de hadas que nunca llegaba a morir. Eras mi fiel compañera, mi amiga sincera, mi duende saltarín... Eras mis alas plagadas de savia de nuestro jardín... Eras mi arena, mi cal, la que a veces me hacía soñar... Si pensáis que alejándoos de aquí sois inmunes al sufrimiento, estáis equivocados. La nostalgia no entiende de sitios, no entiende de tiempo... Ahora me doy cuenta de quién sirve y quién no, ahora soy consciente del falso eslabón... Pero no hay rencor... Ella era nuestro núcleo, nuestro falso testigo, nuestra vida, nuestra chispa... que no quisiste recordar... que no quisiste recordar.. Y ahora tú mi vida tranquila, no rozarás el nirvana. Yo alimentaré tu llama... con el melancólico recuerdo del arco iris... que alumbra mi ventana...
Mónica Meirinho
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